Convocatoria 17º Aniversario de Viví Libros

CUMPLIMOS 17 AÑOS

¡Viví Libros está de festejo!! Nos encontramos soplando las primeras 17 velitas de nuestro emprendimiento. Y ya suena a muchos años, mucho recorrido juntos… Como siempre, queremos compartir esta enorme alegría del aniversario con ustedes.

Entonces, ¿qué mejor que divertirnos juntos para festejarlo? Los invitamos a sumarse a la siguiente convocatoria:

MICRORRELATOS CRONICAS DE VIAJES

¿Cuántas veces en los viajes nos pasa algo que nos lleva a pensar que esa situación parece de película o bien podríamos haberlo leído en alguna página de una novela que encajaría perfectamente en la historia? Son esas pequeñas escenas de la vida misma las que queremos rescatar en este concurso aniversario, aquellas escenas desopilantes que dan origen a divertidos microrrelatos y a otro tanto no tan risueños, pero que es un placer leerlos.

Les proponemos que nos relaten alguna situación, anécdota, fábula o minificción donde la vida misma cobre protagonismo. Puede ser desde el lado personal, de los amigos, de la familia o los vecinos, desde donde gusten… ¡Seguro que a un simple golpe de vista, ya se les está ocurriendo alguna anécdota de viaje!

El objetivo es que escriban algo breve y lo envíen por e-mail, facebook, twitter o directamente como comentario en la web durante estos días (hay tiempo hasta el viernes 10 de agosto).

Los microrrelatos deben ser inéditos (nunca publicados en ningún medio) y pueden ser firmados a nombre propio o con un seudónimo pero incluyendo la ciudad y país de residencia. Seleccionaremos tres microrrelatos que recibirán su premio y los daremos a conocer en el Newsletter y todos nuestros medios habituales.

A los ganadores, les regalaremos la suscripción gratuita a Viví Libros hasta diciembre 2018 con todos los beneficios.

Durante estos días, compartiremos las lecturas con ustedes en nuestra fan page de facebook, por twitter y subiendo de a grupos los microrrelatos a la página web. Vale comentar, opinar y sobre todo: ¡reirnos juntos!

Se publicará en la web el compilado de todos los Microrrelatos Crónicas de viajes que nos hayan llegado a tiempo. Tal como lo hicimos en los aniversarios anteriores, que pueden leerlos en nuestra página (ojo que como solemos recibir muchas participaciones cada Convocatoria tiene varias partes para disfrutar de su lectura).

Ahora… a escribir!

A modo de ejemplo, les compartimos uno para romper el hielo:

Viajar en pantalla

Florencia es una joven mujer que se encuentra sentada frente a su notebook en el escritorio, mientras se mensajea con su grupo de amigas.

Ay no! ¿Otra vez la misma pavada de todos los años? Que dónde te fuiste de vacaciones, qué tal el tiempo, conociste a alguien…? Por qué estas minas no podrán pensar en otra cosa? Pasa el tiempo pero ellas… Já! Y esta tarada quién se cree qué es? No lo puedo creer! Pero nena, qué me importa si te fuiste a Egipto, por favor! No, bueno, está bien pobre con la vida que lleva mejor le digo… ¡Qué bueno Anto! Me alegro por vos gordi! En fin… Uy ahí se sumó la otra, lo que me faltaba empezar a escuchar sus deslices y locuras, esta mujer es insoportable realmente. No es que sea yo, pero no puede llamarme toooodos los días para contarme sus salidas, que si la invitaron a la playa o a la montaña o si el otro hombre que conoció tiene un yate para recorrer el Delta… Pero andá con todos y matate vieja! Hola hermosa, qué bueno que volviste! Contanos todo ya! Me encanta la playa! Sí, sí, sí, todas quemaditas por el sol, que los pareos, los sombreros, cuántos tragos y bañeros se curtieron este verano… Qué grosas son! y yo sola en casa este fin de semana. Sí, sí, bien, todo bárbaro por acá. Cuenten ustedes mejor, ya saben. Qué les voy a contar? Acá todos los días son iguales, ni mejores ni peores, simplemente pasan. No noto los veranos ni los inviernos, simplemente pasan. Qué locas chicas, se ve que se divirtieron a lo grande en los viajes! Bueno sí, la semana que viene nos encontramos y vemos las fotos. Chau, voy a seguir trabajando porque se me atrasa todo chicas. ¡Las amo amigas!!

Flor baja la vista a la par que va cerrando su notebook, se detiene triste, suspira. Vuelve a abrir a pleno la pantalla, se le ilumina la mirada y busca hermosos destinos turísticos en el Google para viajar en pantalla.

Viviana Rosenzwit
Ciudad de Buenos Aires, Argentina

Comentarios

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11 Comentarios a Convocatoria 17º Aniversario de Viví Libros

  1. […] Compartimos los primeros Microrrelatos que llegaron a la Convocatoria Aniversario de Viví Libros 2018! Para los que recién se enteran y quieren consultar las bases: https://vivilibros.com/convocatoria-17-aniversario/ […]

  2. Pamela medina dice:

    La lluvia
    Llega el verano y uno piensa en el sol, el calor, la pileta y las vaciones, si esas breves semanas entre diciembre y los ultimos dias de febrero donde podes holgazanear tirado al sol haciendo nada o paseando por ahi. Pero lo que con mi familia esperamos son esas semanitas que salimos de vacaciones y nos vamos de campamento ¿Que tendra de especial se preguntaran? No mucho para algunos pero para nosotros es desconectar del mundo globalizado y conectarnos con la vida, la naturaleza y si divertirnos.
    Lo malo de todo esto es cuando todos esos planes se te caen y llegas al lugar con toda la emocion, sacas las cosas del auto, armas la carpa, cardas las cañas y de repente aparece el enemigo mortal del rio, la lluvia y con eso la sudestada. Entonces te toca salir corriendo desarmar todo guardar a las apuradas e irte esperando que en un par de dias si es posible, y el clima acompaña, poder volver y disfrutar de lo que la maldita lluvia te privo la primera vez

  3. Sandra Soto Troia dice:

    Amanece el espíritu
    La consigna era llegar a orillas del Ganges a la madrugada, para ver el amanecer y presenciar una ceremonia aarti en uno de los tantos gahts. Caminamos unas pocas cuadras viendo la peor expresión de la rara dicotomía entre la miseria humana y la fe. Nos codeamos con devotos tomando un baño purificador en las aguas sagradas. Subimos a una precaria barca conducida por un hombrecito de dudosa edad (no era viejo pero parecía que la vida le habia cobrado varias cuentas)que nos llevó sin prisa y sin pausa por el recorrido más enriquecedor que vivimos hasta ahora. Imágenes increíbles pasaban frente a nuestros ojos emulando una película, muy pintoresca, desgarradora por momentos, inolvidable! Ofrendas a madre Gangha mediante, oramos al Dios que cada uno de los que íbamos en la barca venerabamos y agradecimos a la vida que nos puso en ese lugar y en ese momento con nuestras debilidades y fortalezas… Casi como broche de oro el sol comenzó a asomar entre vuelo de pájaros, olor a sándalo e increíbles colores bañando nuestras almas… Me pregunté cómo, porqué y cuándo llegué a ese lugar y las lágrimas de infinita felicidad rodaron por mis mejillas… Ahí, como en ningún lugar me había pasado antes, amaneció mí espíritu …En el aire, todas las almas que allí se elevaron nos abrazaron tiernamente. No olvidaremos la experiencia, solo hay que vivirla, no tratar de explicar ni entender, solo dejarse llevar por ella.

  4. Gustavo Medina dice:

    Hola Viviana, como hago para envairte un micro relato que tengo para participar de consurso??.GRacias!!!

  5. Por qué no me bajé en estación Botafogo
    No me bajé por ese temita del botón del jean. Sucede que me ajustaba entonces me hizo un huequito debajo del pupo. Y por hurgarme el ombligo es que me pasé de estación y se subió él.
    Tic tac tic tac. Se parece a Panzu. Tic tac tic tac. La siguiente estación es en un barrio re feo (novoyadecirfavelaporquequedamal)
    TIc tac tic tac. Hicimos contacto visual y se me sentó al lado.
    O sea. Hay una en mil posibilidades de conseguir lugar para ir sentado en el metro y se acaban de dar dos: que yo me siente y que él lo haga.
    Y ahí pienso, si no se hubiese dado la primera (que yo pudiera sentarme y de esa manera molestarme el botón del jean, hurgarme, pasarme, ver al clon de Panzu) yo no hubiese sido testigo de la segunda.
    Creo que a esto debo contárselo pero lo medito y empiezo a fantasear con él. Le miro la pelusa del cuello, bajo por el hombro, usa camisa de rayas finitas, bajo por el brazo (debe tener un pez koi tatuado. ESE BRAZO ESCONDE UN PEZ KOI TATUADO, APUESTO MI SUELDO QUE ASÍ ES) continuo y veo que en la mano tiene ese aparatejo que es para hacer gimnasia de manos. Aprieta suelta, aprieta, suelta. Cambia de mano, aprieta, suelta, aprieta suelta y se mira el músculo y se lo toca y no sólo lo mira y se lo toca si no que me mira a mí y ahí en ese exacto momento me paro y me bajo en el morro. Cualquier cosa antes que un hombre que hace gimnasia de manos.

    • admin dice:

      Gracias por participar! lo vamos a compartir con el resto de los Microrrelatos que viene llegando al concurso, falta tu ciudad y país de residencia.

  6. Eliana Gisg, Garupá, Argentina dice:

    Hasta el fin del mundo

    Esa mañana subimos al avión, hacia calor, sin embargo yo cantaba unos calzaba unos borsegos marrones de gamuza y unos jeans; ella llevaba también llevaba jeans. La gente la miraba con su sapo de peluche, y yo la amaba segundo a segundo.
    Esa mañana emprendimos la aventura más descabellada de nuestras vida.
    9 horas de viaje después llegamos a destino. Ella me llenaba de preguntas, preguntas que yo no podía responder.
    En la sala de espera del aeropuerto de aquella ciudad desconocida él buscaba ansiosos nuestros rostros. El paso del tiempo nos hizo envejecer y nuestros rostros se habían modificado.
    Cuando nos reconoció se acercó y nos abrazó, hacia 7 años que nuestras almas no se conectaban pero ese momento fue único.
    Antes de salir del aeropuerto nos abrigamos, hacia mucho frío. Subimos al taxi y en unos minutos llegamos a su casa.
    Él preparo unos mates dulces y comenzamos a charlar, sobraban anécdotas e historias.
    Fueron muchos días en ese lugar donde todo era gris, la tierra y hasta el mismo cielo. En algunos momentos la rutina se adueñaba de nosotros y en otros dejaba de existir.
    La falta de experiencia me llevó a cometer un grave error y la convivencia se volvió insostenible, así que el 1 de enero ella y yo fuimos a dormir a un hotel.
    El miedo se apoderaba de mí. Estabamos en una ciudad desconocida donde no teníamos parientes ni amigos, y lo peor de todo es que teníamos un vuelo programado y solo teníamos que esperar. Esos días fuimos como fugitivos.
    La mañana del 4 de enero despegamos de aquella ciudad austral.
    En el avión ella sonreía porque volvíamos a casa, y yo sentía como un nudo me oprimir el corazón y rompí en llantos.
    La azafata me preguntó qué me pasaba y yo respondí:
    – No quiero irme de este lugar, pero sé que unos meses volveré.
    – Después de que despegue el avión anda para atrás, te tomas unos tragos y me contas que te pasó- dijo la azafata.
    Lo cierto es que me quede en mi asiento todo el vuelo hasta el aeropuerto donde hacia mi próxima conexión con otro avión para llegar a mi ciudad de partida.
    Jamás volví a esa cuidad austral y mi familia jamás se enteró cual fue el verdadero motivo por el que viaje y permanecí 19 días en «el fin del mundo».

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