microrrelatos

Navega por etiqueta

 
 

Concurso Microrrelatos del Recuerdo Segunda parte

Compartimos la segunda tanda de los microrrelatos que fueron llegando para el Concurso 20° Aniversario Microrrelatos del Recuerdo.

Pueden leer las bases en: https://vivilibros.com/convocatoria-concurso-microrrelatos-del-recuerdo/

Iahome

Comenzaba el siglo y Antonio Chemes, joven hijo de una acaudalada familia (sin linaje) plantaba olivares en los alrededores de Beirut. Posó sus negros ojos en los celestes y transparentes de María Nicholas (siria de piel de porcelana y sangre azul), cuyo amor sería eternamente prohibido. Pero la pasión del “asesino del sol” (significado árabe de Chemes), pudo y unieron sus vidas con el futuro puesto en América.

Una dulce hermana de mi Abuela-Angel, comprendió sus miedos; se hizo cómplice del amor y partió con ellos (con la venia del abuelo). Al llegar al puerto de Buenos Aires su cuñada por no apellidarse Chemes, no se pudo quedar. Con desgarrado dolor, siguió viaje en el mismo barco a los Estados Unidos.

Pasaron sesenta años… Un día llegó el actor Tyrone Power a Posadas buscando a mi abuela… Resultó ser el único hijo que tuvo su hermana…! (distancia e idioma no permitieron antes el encuentro). Tremenda emoción-revolución familiar! La abuela Iahome se murió con el pasaje en su mesita de luz, sin recuperarse para el soñado reencuentro con su hermana y ese mismo año, Tyrone Power fallece de un infarto a los 40 años filmando “Ben Hur” en España…

Mi homenaje a esta tragedia de amor fue llamar Romina a mi primera hija.

Marta Chemes

Corrientes Capital, Argentina

***********

Desde ese otro lugar

Mi madre se despidió de este mundo en octubre de 2013, un par de meses después de haber celebrado su cumpleaños número 89. Partió naturalmente y, a juzgar por su semblante, debe haber alcanzado el Nirvana o, al menos, reencontrado a quienes amaba.

Me dejé atravesar por todo un cúmulo de sentimientos y sensaciones: dolor, tristeza, calma, agradecimiento, dudas y un gran caudal de entrega.

Así fueron pasando los meses hasta que, en marzo, llegó el día de mi cumpleaños, el primero sin ella, la mujer que me había dado la vida. A la mañana fui a trabajar y antes de volver a casa pasé por el supermercado ya que a la noche recibiría algunos invitados. Abrí la puerta, acomodé las vituallas en la heladera y me dispuse a escuchar los mensajes en el contestador. Uno de ellos me sorprendió, pues era de una íntima amiga de mi mamá que jamás me había saludado para mi cumpleaños:

“Querida Patricia, no estoy segura de la fecha exacta pero te deseo un muy feliz cumpleaños. Disculpame si no es hoy. Un beso grande. Soy Marita.”

Inmediatamente la llamé por teléfono para agradecerle el saludo y confirmarle que había acertado en cuanto al día. Y aquí transcribo sus palabras que aún hoy me conmueven:

“Vos sabés querida cuánto quería yo a tu mamá. Hace dos o tres noches soñé con ella, tomábamos un té y charlábamos largo y tendido como era nuestra costumbre. En un momento, ella me dice que esta semana era tu cumpleaños y que te mandara un beso grande de su parte. Así que, eso hago, te doy un beso mío y otro de tu madre.”

Casi en estado de shock, pero con el corazón desbordante de amor, logré hacer algún comentario coherente y pronunciar un simple “gracias” mientras sentía correr lágrimas imparables por mis mejillas.

Patricia Rossi

Ciudad de Buenos Aires, Argentina

***********

Flema argentina

El veterano abogado, con síntomas de resaca, traspuso el acceso a los tribunales. Su carrera, orillando siempre el linde de la legalidad, había enterrado su juramento bajo su bien ganada celebridad de inescrupuloso, con trapisondas, chicanas y artilugios non sanctos. Al principio, colegas y magistrados lo saludaban con fingido respeto, hoy con una mordacidad mal disimulada.

Apenas había escalado los primeros peldaños de la añeja escalera, cuando un sujeto, antigua víctima del abogado, lo encaró, desembuchando sin preámbulos insultos de todo calibre.

Sin inmutarse, el sorprendido letrado se detuvo, impávido, en el cuarto escalón, lo que permitía al creciente número de curiosos visualizarlo desde todo el perímetro, escuchando a un tiempo la catarata de improperios que recibía

Transcurrido un buen cuarto de hora, el agresor calló, agotado por el prolongado arrebato verbal.

Se hizo un silencio expectante, a la espera de la reacción del interpelado que, sin perder compostura profesional ni buscar socorro, le espetó con grave y distinguido aplomo: “Y usted, ¿qué le contestó?”

Alejandro E. Reinhold

Luján, Buenos Aires, Argentina

**************

El día que no llegué

Pasos cortos hasta aquel lugar donde esperaba verla, comprimiendo el tiempo en cada baldosa. Sabía que algo me había olvidado, no estaba en su lugar, igual seguí. Sentía la humedad en los pies, en los huesos, y de a poco aumentaba una sensación de pesadez, como inyectándome de plomo. Imantado cada vez más parecía arrastrar el polvo bajo mis pies, cada partícula resonaba en los tendones y los músculos se hacían piedra.

Todo en la mente había caído, escurriéndose hasta tocar el suelo. Sentí las venas de los brazos serpentear, llenándose con violencia, marcando la piel pálida.

El cordón parecía un buen lugar con el cual fundirse, un buen lugar para sentarse y prender un cigarrillo. Un líquido espeso y oscuro se acercaba lento calle abajo, bordeó la suela blanca y roída, intentando penetrar.

Sabía que nunca iba a llegar, sabía que las ganas se habían quedado en el camino. La noche comenzaba a invadirme, solo pude permanecer ahí sentado, rodeado de sombras que recuperaban su forma bajo la luces de la calle que empezaban a titilar.

Juan RM

Bernal, Buenos Aires, Argentina

***************

Bahié

El primer punto temporario de residencia fue Entre Ríos: Bahié traficaba hombres al puerto de Posadas que, después de cañas y mujeres, en la “Bajada Vieja”, eran embarcados para depredar los yerbatales de la madre tierra roja, hasta que las enfermedades de ese trópico letal, abonara la tierra con sus cuerpos y sus sueños llenos de un mañana mejor. El turco Chemes se volvía con algunos pesos en su guayaca hasta que un buen señor lo sentó y, -anís de por medio- le habló del mundo que se estaba gestando y la importancia de que los hombres se iluminaran. Mi abuelo asentó entonces sus pesitos en Posadas; trajo la familia y en los albores del siglo XX nació la primera panadería de Misiones. Bahié aportó mensualmente al Partido Socialista hasta el final de sus días. Nueve hijos (dos mujeres y siete varones) formaron su hogar. La abuela ortodoxa griega, él mahometano, recibieron la bendición de la Iglesia Católica. En la ingenuidad de ese viejo delicioso, la nostalgia de su tierra, lo colocaba cada atardecer con el corazón hacia La Meca. Un extraño brillo nacido de sus ojos atravesaba el espacio rumbo a sus secretos silencios de nostalgia. Ella, Iahome -que nunca se cortó el pelo- soltaba entonces, su cascada de plata y la peinaba… No dudo en decir que toda mi historia contiene este modelo de íntimo amor envuelto en la ternura de ser cómplices silenciosos de sus almas aventureras.

Marta Chemes

Corrientes Capital, Argentina

***********

20° Aniversario de Viví Libros

Sentir

que es un soplo la vida,

que veinte años no es nada…

Carlos Gardel, Alfredo Le Pera, Volver

¡Cumplimos 20 años! Viví Libros está de festejo, y para nosotros no es una fecha más porque tanto tiempo online trabajando con el mismo entusiasmo que el primer día marca una diferencia.

Así lo decíamos en nuestro primer Newsletter, aparecido en julio de 2001:
«Nuestro principal objetivo es brindarles un servicio personalizado basado en la trayectoria y el profesionalismo que nos avala para cumplir con sus más altas expectativas.»

Hoy nos encontramos soplando veinte velitas de nuestro emprendimiento y nos parece increíble. Nos sentimos orgullosos de haber transitado este camino junto a cada uno de ustedes, que nos acompañan en cada paso. Nuestra forma de trabajo y apuesta inicial, sigue vigente como en el primer momento.


¡Gracias a los que pusieron su granito de arena para alentar nuestro crecimiento!

En este momento, cabe preguntarse por ese hermoso tango que todos alguna vez oímos cantar a Carlos Gardel… ¿que 20 años no es nada? Más que algo, para el equipo de Viví Libros es mucho. O tal vez no sea más que una magnífica excusa para brindar por muchos años más.

De todos modos, siempre, ¡Chin chin Salud! Y a festejarlo!

Les proponemos que estén atentos a La oferta de la semana con precios increíbles y otras sorpresas más. Como cada año, queremos compartir esta enorme alegría del aniversario con ustedes. Entonces, ¿qué mejor que divertirnos juntos para festejarlo? Los invitamos a sumarse a la convocatoria: Microrrelatos del recuerdo. En breve subiremos en detalle la invitación con sus bases y un ejemplo para inspirarlos. 20 años – 20 libros en premios.

Esta web utiliza cookies propias y de terceros para su correcto funcionamiento y para fines analíticos y para mostrarte publicidad relacionada con sus preferencias en base a un perfil elaborado a partir de tus hábitos de navegación. Contiene enlaces a sitios web de terceros con políticas de privacidad ajenas que podrás aceptar o no cuando accedas a ellos. Al hacer clic en el botón Aceptar, acepta el uso de estas tecnologías y el procesamiento de tus datos para estos propósitos. Ver
Privacidad