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Lanzamiento del poemario Las razones del armiño

Tenemos el gusto de anunciar el lanzamiento del poemario Las razones del armiño de Néstor Fenoglio, Colección Rosa de los vientos, Palabrava, Santa Fe, 2022, 73 páginas. La foto de tapa del libro se llama Territorio de caza y pertenece al mismo autor.

En Las razones del armiño el depredador y la presa juegan los opuestos complementarios. El armiño escapa y mantiene su blancura aunque lo empujen hacia la ciénaga: hay algo en él que no puede mancharse y que no se mancha. Y mientras la vida se expresa en la mariposa, en la abeja, el sol y el naranjo, la oscura tormenta / lleva anotados los nombres / de sus muertos. Lo que nace está expuesto al fango, al dolor y al término de la existencia, pero igual corre esta carrera solitaria sin saber muy bien adónde va. El hombre aprende a cazar / El hombre progresa en su arte de muerte. // Soy el que mata / Y mato / para que siempre haya / alguien o algo / que muera.

Fenoglio plantea en este libro que somos ambas cosas, el que mata y el que muere, y que como tales actuamos. Y que del mismo modo encaramos la escritura haciendo de las palabras nuestro preciado botín.

Néstor Fenoglio nació en Esperanza, provincia de Santa Fe, Argentina. Pasó su infancia y adolescencia en los pueblos de Providencia y Alejandra. Reside en la ciudad de Santa Fe desde 1983. Estudió la carrera de Letras. Es periodista, poeta y narrador. Publicó El camino de lo real a lo lírico, aproximación a la obra de José Pedroni (ensayo, 1988), En medio de la noche (poesía, 2000), Nacimiento último (poesía, 2004), Desde este cuerpo (poesía, 2007), Con los ojos de entonces (poesía, 2021), Zazaza y otros relatos (cuentos, 2021) y Los pliegues del aire (poesía, 2022). Obtuvo importantes premios literarios dentro y fuera del país, y fue incluido en diversas antologías. Parte de su obra está traducida al inglés, al francés, al árabe y al portugués. Es periodista y columnista del diario El Litoral de Santa Fe, donde además se desempeña como Jefe de Redacción.

El precio de venta al público es $ 7000.- pesos argentinos. Lo pueden solicitar desde cualquier lugar del mundo a través de nuestro email: info@vivilibros.com o simplemente escribiendo un comentario al finalizar esta nota, que les responderemos a la brevedad.

Psicoanálisis y literatura en la radio: lectura veloz o la aventura de leer

A continuación les compartimos fragmentos de una nueva columna a cargo de Viviana Rosenzwit, invitada a participar del programa de radio En tres vistas conducido por Ernestina Mo.

Último programa del año 2020, todo este tiempo hemos hablado de los diferentes formatos de los libros como podría ser papel, ebooks y hasta audiolibros… si se quiere tomar como un nuevo formato al audiolibro, yo tengo mis cuestionamientos al respecto, cuenta la historia que en los comienzos era más habitual la lectura en voz alta, la lectura era motivo de reuniones, hasta se decía que perseguía un fin pedagógico (porque pocos sabían leer y gustaban de escuchar narraciones por ejemplo). La voz del lector, la voz del escritor… sospecho que en ese cruce ya se pone en juego la interpretación, la subjetividad. Así que no estoy taaan segura de incluir el audiolibro a la misma altura del resto de las operaciones de lectura.

Ahora bien, más allá del formato la cosa se complica si sumamos las distintas formas de leer. Hace tiempo leía a Alejandro Dolina sobre algunas cuestiones de la velocidad de nuestra época, del cómo vivimos hoy y pensé que bien podríamos adecuarlo al leer.

¿Ustedes qué prefieren la lectura veloz o la posibilidad de leer cada uno a su tiempo, con su historia y creatividad?

Dice Dolina: “La velocidad nos ayuda a apurar los tragos amargos. Pero esto no significa que siempre debamos ser veloces. En los buenos momentos de la vida, más bien conviene demorarse. Tal parece que para vivir sabiamente hay que tener más de una velocidad. Premura en lo que molesta, lentitud en lo que es placentero.”

En los últimos años todo se propone rapidez: ….haga el bachillerato en 6 meses, vuélvase perito mercantil en 3 semanas, alcance el doctorado en 10 minutos, y lea 50 libros por semana! Así parecerá más piola, más inteligente, más informado, más, más y siempre más.

Quizá esto pase por el ansia de recompensa inmediata que tiene la gente. A nadie le gusta esperar. Todos quieren cosechar, aún sin haber sembrado muchas veces por pura apariencia y otras por acumulación de saber y poder.

Aunque no lo crean la famosa lectura veloz entra en este circuito, de los que quieren darse aires de conocedores de literatura rusa sin haber degustado jamás un libro.

Lo que en realidad quieren los lectores veloces es disfrutar de los beneficios de cada uno de esos libros sin invertir tiempo, ni concentración, comprensión, emoción, lo que en la jerga callejera diríamos sin pagar nada a cambio. Castoriadis decía que se es discípulo para no tener que pensar.

El lector más rápido de Reino Unido es también el más veloz de Europa y demostró haber leído 1.700 palabras por minuto.

Nuestra época se caracteriza por la rapidez y la aceleración del tiempo. Algo que podemos vivenciarlo a cada instante en lo cotidiano, a veces hasta se genera un desorden que rompe los enlaces simbólicos habituales y también por eso, podemos cuestionarnos cómo influye en el leer y las lecturas. La aceleración de la era digital por ejemplo, y su consecuencia social. El replanteo de los ideales y las formas de acceder a la alfabetización. Se abre un problema en el ritmo de las relaciones, se disuelven lazos y se crean otros tipos nuevos. Tal vez porque la aceleración de la realidad se ha vuelto tan vertiginosa que es difícil sostenerlos. Mucho de esto está marcado por la rapidez de la tecnología, pero No es cuestión de ponerse desde afuera de nuestro tiempo para criticarlo sino saber usar a nuestro favor esos cambios.

Apostar al sujeto lector es también a lo subjetivo, a lo singular de cada recorrido y no a las modas veloces del momento. De manera que aquel que no se sienta con ánimo de vivir la maravillosa aventura de leer, es mejor que se haga un cursito de lectura veloz….

Espero que nos cuenten, ¿ustedes qué prefieren la lectura veloz o la posibilidad de leer cada uno a su tiempo? Y seguimos la próxima!

Los invitamos a escuchar la grabación de la columna completa aquí:

https://radiocut.fm/audiocut/psicoanalisis-y-literatura-en-radio-lectura-veloz-o-aventura-leer/

El bloque del segmento completo dura unos 7 minutos y esperamos que les guste!

Psicoanálisis y literatura en la radio: Cómo leemos

A continuación les compartimos fragmentos de una nueva columna a cargo de Viviana Rosenzwit, invitada a participar del programa de radio En tres vistas conducido por Ernestina Mo.

Hoy vamos a hablar de la Encuesta Nacional de Lectura en Argentina “Cómo leemos”, basada en la respuesta de 7.186 personas de todo el país y todas las edades. Fue un trabajo impulsado por Daniel Benchimol, Director Proyecto451.

La encuesta la llevó adelante un equipo de sociólogos con experiencia en estudios de mercado y conocimientos de la industria editorial. Estuvo compuesta por 50 preguntas y demandó en promedio 15 minutos a cada persona responderla. Los ejes estuvieron puestos en la forma de acceso y lectura de libros tanto en formato físico como digital.

Las principales conclusiones:

– En Argentina predomina un lector que lee en ambos formatos papel y digital. Un 62% de los encuestados contestó que lee a lo largo de un año por igual libros en papel y digitales en diferentes momentos y para diferentes tipos de contenidos. Al menos un 88% de los encuestados lee un libro al año y segundo un 82% de los encuestados usa asiduamente las redes sociales.

– La principal razón por la que no leen es la falta de tiempo seguida del precio de los libros y falta de concentración. Cuando profundizamos sobre qué le restaba tiempo a la lectura, lo primero es el trabajo, lo segundo son las tareas domésticas y lo tercero son las redes sociales. Llamativo: En Argentina los usuarios en promedio permanecen 3:18 horas por día en las redes sociales. El mito de que Netflix le quita tiempo a la lectura queda por lo menos descartado ya que solo representó un 11% de las respuestas. Se destaca en las respuestas: La vergüenza de no ser lector.

– El libro en papel se asocia con la desconexión: con la lectura en vacaciones, en los fines de semana, con disfrutar del placer de leer y en contenidos más vinculados con el ocio o con la ficción: novela, cuentos y policiales. El libro en digital está más vinculado a una cuestión utilitaria: se accede con mayor frecuencia en el trabajo, en los viajes y los contenidos suelen ser los académicos, los técnicos, libros de derecho, economía, arquitectura, entre otros. De cualquiera manera en todos estos casos encontramos lectores que leen unos u otros contenidos en todos los formatos.

– La biblioteca personal física tiene un valor enorme y es tal vez el principal argumento de los lectores al momento de ponderar el libro físico. De hecho un 38% de los encuestados señaló que bajaban los libros digitales y luego, si les gustaba el libro, lo iban a comprar en formato papel para atesorarlo. Otro punto es sentir el libro en las manos, tocarlo, ver cuántas páginas faltan, da una experiencia sensorial más completa a la de la lectura digital.

– Existe una distancia muy importante en el precio que los lectores están dispuestos a pagar por los libros digitales y los que oferta la propia industria editorial. El principal reclamo de los lectores pasa por sentir que el libro digital cuesta casi “lo mismo que un libro en papel”. También hay una crítica relacionada a la falta de oferta y variedad digital.

– La librería física sigue cumpliendo un rol fundamental como espacio de descubrimiento de libros: es el principal lugar que señalan los lectores al momento de decidir una compra de libros físicos, y también es importante incluso para quienes luego van a comprar un libro digital. La librería no solo como espacio de venta de productos, objetos libro sino como eje central en el descubrimiento de títulos, un lugar de pertenencia.

Los invitamos a escuchar la grabación de la columna completa aquí:

https://ar.radiocut.fm/audiocut/columna-como-leemos-argentinos-por-viviana-rosenzwit/

El bloque de la columna completa dura unos 16 minutos y les resultará muy interesante ampliar con los comentarios sobre cómo leemos.

Psicoanálisis y literatura en la radio: Los nuevos hábitos de lectura

A continuación les compartimos fragmentos de una nueva columna sobre psicoanálisis y literatura a cargo de Viviana Rosenzwit, invitada a participar del programa de radio En tres vistas conducido por Ernestina Mo.

Hoy dejaremos planteados algunos de los avances en los nuevos hábitos de lectura de los adolescentes y nos cuestionaremos si se puede incentivar el deseo de leer.

Para empezar creo que hay que desmitificar esa idea tan repetida sobre que los jóvenes no leen, pareciera que hay una caída profunda en la lectura cuando se pasa de la niñez a la pubertad o a comienzo de la adolescencia.

Los libros infantiles suelen ser de mayor venta aunque no tengan tanta prensa, los títulos favoritos circulan entre las madres, ahora incluso están de moda las madres influencers que las editoriales captan para que incentiven al resto del grupo escolar para leer, entonces los niños leen o escuchan audiolibros o algunos, que tienen mayor suerte, disfrutan junto a sus padres de alguna historia nocturna antes de dormir. Esta política editorial de incentivo en las escuelas es duramente cuestionada por algunos, porque en definitiva el niño no elige su lectura y si lo llevamos a un extremo, ni siquiera sus padres la eligen sino son influenciados por alguna política editorial que está detrás de vender un título o autor de turno.

Cuando esos niños crecen todo ese aparataje que parecía estimularlos a leer y a obtener el hábito de la lectura, se cae de golpe. La educación secundaria muchas veces pierde de vista el placer de la lectura y lo cambian por leer al modo comprensivo de estudiar para cumplir con los programas anuales y dar bien las materias.

En la época actual, acompañado al avance de las tecnologías, surgen nuevos hábitos de lecturas que especialmente se hacen eco en los más jóvenes aquellos comúnmente denominados millennials por haber nacido a fines de los `90 a la par del auge de la internet dentro ya de la cultura tecnológica.

Emilia Ferreiro, psicóloga, pedagoga discípula de Piaget, cuenta una anécdota que me parece deliciosa:

Un niño de 5 años a la salida de una misa dominical le dice a la madre con tono de haber hecho un gran descubrimiento: “Ya entendí qué quiere decir Amén”. La madre intrigada pregunta: “A ver, qué quiere decir?” El chico responde con el tono típico de obviedad: “Quiere decir enter”.

Evidentemente las nuevas generaciones están ya inmersos en nuevos esquemas interpretativos del mundo social y la cultura está construida a partir de saberes informáticos.

Por algo crece tanto el éxito de los booktubers cada año, los blogueros literarios, los clubes de lectura on-line, las mejores series de las plataformas como Netflix, HBO, etc. están basadas en historias literarias, en buenos libros llevados al cine y las plataformas on-line como Wattpad, una de las plataformas más grandes para historias literarias generadas por los jóvenes usuarios, incluyen novelas, cuentos, fantasy, humor, clásicos y poesía. Leer / Escribir siempre como dos caras de la misma moneda. Por ejemplo Wattpad se presenta diciendo que conecta una comunidad global de 80 millones de lectores y escritores a través del poder de las historias. Lo más interesante de esto es la interacción que se produce en la plataforma. ¿Alguien puede afirmar que eso no es leer? Cada lector aporta lo suyo en los márgenes, no hay un solo tipo de lector. Antes el valor del libro estaba puesto totalmente en su contenido, en el autor pero hoy en día el lector ha tomado protagonismo y sabemos que depende de su ojo lector, por eso no leemos todos iguales. En nuestra columna radial, ya hemos enfatizado lo subjetivo de la lectura.

Es posible que pronto haya más libros en computadoras y estanterías digitales que en nuestras colecciones literarias impresas. Esto no tiene nada que ver con pensar que el libro en papel llegó a su final, sino a un cambio de paradigma en los hábitos de lecturas. El interés por la lectura sigue vivo en los jóvenes de nuestros días. Mirando hacia el futuro, tenemos que reconocer que hay toda una generación de nuevos lectores. Una generación que cultiva una pasión por la lectura inmersa en el uso de los medios digitales.

Psicoanálisis y literatura en la radio: Responsabilidad / leer

A continuación les compartimos fragmentos de la quinta columna sobre psicoanálisis y literatura a cargo de Viviana Rosenzwit, invitada a participar del programa de radio En tres vistas conducido por Ramón Alfredo Blanco y Ernestina Mo.

A lo largo de los anteriores encuentros radiales, varias veces surgió de diferentes maneras la cuestión de la implicancia del sujeto en el acto de leer. Creo que ya todos saben que estamos hablando desde una perspectiva diferente del acto de leer, menos ingenua quizás, en el entrecruzamiento literatura y psicoanálisis.

El lector es un producto de la lectura, por esto mismo volvemos a enfatizar que todos leemos distinto porque cada ser humano es diferente y cuenta con su propia historia que lo marca. Como ya notamos, las marcas del lector se producen cada vez que leemos como producto de dicha operación y nunca podrían ser pre-existentes. Nunca el ojo lector se posiciona igual para todos, no hay universales ni generalidades en esto. Hay sí, una apropiación del texto por parte de quien es su lector.

Viviana Rosenzwit junto a Ernestina Mo y Ramón Alfredo Blanco

Algunos ejemplos muy simples: no a todos les gusta leer a Borges, hay quienes lo disfrutan, toman como un desafío cada cita suya y hay quienes no lo soportan, no logran seguir su hilo, les molesta tener que ir a rastrear alguna de sus referencias… O en cuanto a géneros, no todos nos enganchamos con las historias de amor por ejemplo, estas sagas de tomos y tomos eternos que están tan de moda…

En este sentido, me quedé pensando en la responsabilidad de la lectura y cuál sería la relación entre el compromiso y el leer. Cómo es la posición del sujeto frente a la lectura?

Existen distas formas de leer, no es lo mismo leer un manual de instrucciones que ficción o un cuento, no? Esto está claro para todos y dicho así parece una obviedad. También por esto, hay una línea que critica fuertemente el sistema de comprensión de textos tan usado a nivel escolar. El tener que comprender ideas sobre un texto como si esas ideas fueran únicas, y quizás algún chico entendió otra cosa, no? Es el típico ejercicio que les dan a los chicos, incluso a mis hijos se lo dieron en el colegio hace años, sobre qué entienden por el cuento de Cortázar “Casa tomada”. No quiero que se malentienda, no digo que esté mal la educación pero sí, que a veces, se pierde de vista lo subjetivo, que cada niño puede sacar sus propias conclusiones como lectores. No todos tienen que contestar lo mismo porque si no se ajusta la respuesta a lo esperado por la maestra está mal, el alumno no sabe.

Acá podríamos abrir un paréntesis a la cuestión de la verdad versus lo verosímil. Un tema muy interesante que si quieren podemos retomar otro día, y hace a diferentes campos como la ficción, las ciencias, la filosofía, la educación, etc…

Las diferencias entre el saber y la verdad son muchas y creo que da para varios intercambios. A mí me gustaría acotar en esta oportunidad, a la línea que venimos sosteniendo en cuanto al leer.

Se me ocurrió contarles un ejemplo que me pasó hace un tiempo. Como ustedes saben, entre otras cosas, realizo correcciones y supervisión de textos. Estaba trabajando en un libro que se titula: Ensayos sobre la dialéctica Estudios sobre la dialéctica en Hegel y Marx, cuyo autor es Eduardo Vásquez. Un filósofo de años, muy reconocido que además recibió el premio anual a la investigación en el área de Humanidades por este libro. Cuando estaba trabajando en el texto, me doy cuenta que critica duramente a Alexandre Kojeve (filósofo, político). En una parte muestra bien su posición, y dice: “La interpretación que ha hecho Kojeve de la Fenomenología ya se ha hecho clásica. Se la toma por definitiva y se la repite bajo diferentes formas. No compartimos esa interpretación y queremos profundizar en las críticas que le hemos hecho anteriormente.” No viene al caso que les cuente sus fundamentos, pero a mí en lo personal, me llamó la atención porque desde el psicoanálisis y una lectura de Jacques Lacan, resulta casi evidente el lugar que éste le dio a Kojeve y la importancia de su vínculo. Cuando ocurren estas diferencias tan marcadas en cuanto a las lecturas, uno suele pensar de inmediato: este tipo no sabe nada y la presencia de la relación saber / verdad se pone en el tapete. Nos preguntamos: ¿Quién tiene razón? ¿Quién sabe más? ¿Quién de los dos tiene la verdad? Son cuestiones que pierden valor definitorio cuando uno logra otra posición ante el leer. Lo que no hay que dejar de hacer creo, es justamente leer los textos, leer a los autores, buscar las coordenadas, no quedarnos con un discurso aplastante que nos lleva al prejuicio de antemano.

Ahora bien, retomando, la cosa se complica aún más si les digo que no solo el lector lee desde una posición, desde cierta situación en la que ya está instalado, sino que el que escribe también está ubicado en un cierto horizonte. Algunas veces ese horizonte es explicitado por el autor, otras veces no. Pero uno nunca puede abarcar ese horizonte en toda su extensión.

Se lee el texto “explícito”, lo que tenemos impreso frente a nuestros ojos pero al mismo tiempo se va construyendo en sus márgenes un texto “implícito”, nuestra propia interpretación de aquello que se va formando avanzando en el texto.

Esta lectura no sólo exige del lector una acción profunda y al detalle sino que además, valiente. Si por ejemplo uno está frente a un texto de un autor que respeta mucho, a veces hacer una lectura crítica se vuelve un desafío, porque implica adentrarse a pescar los puntos de vacilación, o de detención en el desarrollo de una idea.

Como les digo desde la primera columna, el leer no tiene nada de ingenuo, y hoy quería remarcarles la responsabilidad y el compromiso que exige también el acto de leer.

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